miércoles, 20 de marzo de 2019

La réplica




Muchas veces he escuchado argumentos
Mira, traes caspa.
como: «no quiero tener hijos porque sólo los traería a sufrir a este mundo». Esa frase o ese tipo de frases tienen por lo regular un trasfondo. Una historia que en la mayor parte de los casos viene desde una infancia con malos padres.



De hecho, muchas veces, viene directamente de la infelicidad que ellos mismos vivieron como hijos, y el miedo a replicar modelos parentales que llevan a una mala relación entre padres e hijos.
Vamos, digo todo esto porque estoy cierto en que no porque seamos hijos de Juan, Pedro, Mariana o Manuel, nosotros somos nuestros padres. Nosotros tenemos la oportunidad de escribir nuestra propia historia.
Nunca tuve una gran relación con mi padre.(padrastro, técnicamente), y siempre me trató de las forma más duras que se le ocurrieron, pero no por eso yo voy a tratar así a mi hija.
Mi padre biológico se desentendió de mi cuando apenas tenía dos o tres años, y hoy, que mi hija tiene justo esa edad, yo no concibo un día sin verla, sin abrazarla, sin decirle que la amo.
No somos nuestros padres, tan no lo somos, que nuestros hijos no tienen por qué crecer con miedos, con inseguridades, ni pensando en «cuando mi papá se entere me va a regañar».
Recuerdo que coloquialmente se dice que cuando se tiene un hijo es «para mejorar la raza», y aunque me parece una frase muy perruna, si creo que hay algo de verdad en ella en el sentido de que debemos de buscar que nuestros hijos sean siempre mejores que nosotros.
He cometido muchas equivocaciones en mi vida, he tenido muchos traspiés, y eso me ha enseñado un par de cosas, cosas que con amor y paciencia espero que mi hija vaya aprendiendo de mí y de su sabia, hermosa e incomparable madre.
El amor todo lo puede, y el amor es lo que hará que nuestros hijos no «vengan a este mundo a sufrir».
Repliquemos lo bueno, repliquemos el amor, la alegría, la felicidad, brindemos a nuestros hijos los momentos más felices de su vida. Ellos serán niños cuando mucho 12 años de su vida (con suerte), así que vamos atesorando esos pocos años llenando sus vidas con risas, con juegos, con mucho amor, jamas con amenazas, miedos, no los llevemos a la inseguridad y la duda, que vean, sientan, experimenten un padrazgo modelo, para tener hijos modelo, y que el día de mañana ellos mismos sean personas de éxito.
No somos nuestros padres, pero podemos incidir en lo que nuestros hijos puedan llegar a ser, sin definirlo, pero sí dándole herramientas para que le sea más sencillo alcanzar grandes metas a nivel humano.

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