viernes, 12 de octubre de 2018

El instinto


¿Han visto esos videos donde los papás parecen tener reflejos ninja donde meten la mano justo a tiempo para que su bebé no se golpeé mientras el responsable hombre está dormido y pareciera que sólo estaba en dinámica vigilia? Sí, yo también. Siempre pensé que eran videos emotivos, emocionantes, increíbles, inspiradores... luego me convertí en padre, y me di cuenta que ahora esos videos me daban miedo y vergüenza.




¿Miedo y vergüenza, dije? Sí, justamente, es lo que me inspiraban, no porque los videos me inspiraran eso, no es que crea que el bebé se golpeará o algo, simplemente es así porque me di cuenta de que yo no sabía si sería así mi caso, si tendría esos reflejos de relámpago, y esa velocidad sobrehumana cuando así fuera necesario. La verdad, me daba mucho miedo pensar en cómo actuaría yo en un momento de crisis, y me aterraba pensar que me fuera a petrificar o algo por el estilo.
La verdad, no es así, un padre (por muy tonto que sea) desarrolla un instinto increíble cuando tienes algo que amas entre tus brazos. Es más, no necesitas ni ser padre, sólo necesitas tres cosas, estar vivo, que lo que tienes entre tus mano sea algo de tremenda importancia para ti, y tener una psicomotricidad más o menos buena.
Cuando eres un padre que está enamorado de su hija, créeme, sucede, te conviertes de pronto en un tipo despreocupado y medio descuidado, en alguien que intenta prever (a veces con más pena que gloria) cualquier situación, y que de no querer si quiera moverse para buscar el control de la TV para cambiar el canal porque alguien lo dejó en el canal del Congreso, ahora te mueves con la velocidad de un rayo.
Cuando se trata de cuidar a nuestros hijos hacemos lo impensable, estamos vigilantes incluso dormidos, esto lo digo porque yo solía tener muchos problemas para conciliar el sueño, pero una vez que caía dormido, me podía pasar un tren por un lado y yo no lo notaba, no despertaba ni para ir al baño, pero ahora, aunque no lo hago con la frecuencia que lo hace mi esposa, sí lo hago con cierta regularidad para asegurarme que todo esté bien.
Los hijos son un tesoro, he escuchado que dicen, pero más que eso, creo que bien podrían ser considerados un estímulo, uno para convertirte en alguien distinto a quien hasta el momento eras, algunos lo tomamos con madurez y seguimos por esa senda de crecimiento, otros se quedan atascados en la cinta de seguir siendo quienes eran, les funcione o no.
Y bueno, una vez dicho esto, no es que de pronto vayas a pasar de un perezoso a un samurai, no obtendrás superpoderes, pero una cosa sí puedo decir, si te importa, si realmente amas a ese pequeño ser que lleva tu apellido, terminas por desarrollar algunas habilidad, y es que es puro instinto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario